Regula el brillo de los dispositivos. Los dispositivos electrónicos generalmente vienen con el nivel máximo de brillo establecido, algo totalmente nocivo para la vista. Algunos cuentan con la opción de activar un modo con tonos más cálidos, visión nocturna y poner activo el bloqueo de luz azul, así que verifícalo.
Mantén la distancia adecuada. Entre tus ojos y la pantalla u objeto que estés utilizando debe haber un espacio de entre 50 y 60 centímetros.
Reduce el uso de los lentes de contacto. En la medida de lo posible debes procurar utilizar las gafas en lugar de los lentes de contacto, ya que estas son más seguras para los ojos. Si utilizas lentes de contacto, realiza una correcta higiene de los mismos y así lograras evitar infecciones oculares.
No frotes los ojos. Nunca debes tocarte los ojos sin haberte lavado las manos previamente, el hacerlo debilita la red de colágeno que se encarga de preservar la curvatura de la córnea.
Mantén una temperatura ambiente agradable. Cuando pasas demasiado tiempo expuesto a dispositivos de aire acondicionado o radiadores se aumenta la sequedad ocular.

Ilumina bien el lugar en el que estés para no fuerces la vista. Con una luz de ambiente en el techo y otra más potente que ilumine bien la superficie que vayas a utilizar. Evita la luz directa y las sombras.